lunes, 23 de diciembre de 2013


El culebrón siempre tiene quién lo escriba…


En el tramo final de la temporada 2013, el amor se viralizó a través de romances de distinto calibre y objeto (hétero y homosexuales, entre adolescentes, jóvenes de mediana edad y veteranos, lícitos y contrariados) que hacen subir la sensación térmica de la pantalla. A los desaguisados (picarescos) de Solamente vos y (trágicos) de Farsantes, se sumaron casi al final del año Taxxi, amores cruzados (en Telefe), Esa mujer y Señales del fin del mundo (las dos en la TV Pública) y Mis amigos de siempre (en El Trece).

Por: María Iribarren
22/12/2013 09:08 - TODO SHOW
Esa mujer, con el protagónico y la producción general a cargo de Andrea Del Boca.
Esa mujer, con el protagónico y la producción general a cargo de Andrea Del Boca.

Nota de Tiempo Argentino
La "novela de la tarde" que protagonizan Gabriel Corrado, Catherine Fulop, Nicolás Riera, Rocío Igarzábal y Jorge Marrale eligió como tema central la diferencia de edad entre los amantes ("La magia de este encuentro, el fuego en mi alma despertó pidiendo amores cruzados por el tiempo", explicita la canción de apertura). Alrededor de ese tópico, se juegan otros asuntos (una venganza, una obsesión, una renuncia, una enfermedad) que ponen en jaque, no tanto la capacidad amatoria de los involucrados, como su honorabilidad para salir airosos del infortunio. Creada por Martín Kweller y el propio Corrado, los libros de Taxxi pertenecen a Marisa Quiroga y Osvaldo Canis, en tanto que la dirección recayó sobre Diego Palacio, Viviana Guadarrama, Juan Pablo Laplace.
Esa mujer (una historia original escrita por Enrique y Feliciano Torres), cuenta con dirección general de Nicolás Del Boca. El papel protagónico y la producción general son de Andrea Del Boca a quien acompañan Pedro Segundo Cernadas (el galán y su contrafigura), Roberto Carnaghi, Rita Cortese, Victoria Carreras, Alejo García Pintos y Esteban Prol, entre otros. El relato hace foco en Nicolasa, una joven provinciana, soltera, sin hijos y sin empleo que, tras recibir el diagnóstico de cáncer terminal decide aprovechar el año de vida que le queda. "Siento que me dieron vuelta el reloj y cada granito vale oro. No voy a angustiarme. No voy a ponerme mal. Mañana salgo, busco otro trabajo y listo. Ser feliz es una elección y yo elijo ser feliz", asegura con certidumbre quebradiza.
Pulsando la cuerda del melodrama clásico, Esa mujer escoge de telón de fondo un tópico inapelable del género: la distinta condición de clase de los personajes (propietario de empresa versus trabajadora de clase media media), la divergencia de sus horizontes. A partir de ahí, la heroína irá esculpiendo su propio tamaño a fuerza de una voluntad y una pasión inquebrantables que derraman en acciones de bien común hacia el entorno.
Por su parte, Señales del fin del mundo (con producción de Dori Media), revisita una temática que Cris Morena consagró como formato en la TV local, gracias al éxito de Casi ángeles y, en 2013, de Aliados. Se trata del culebrón-musical juvenil con trama espiritualista new age, protagonizado por adolescentes con superávit financiero y déficits familiares y/o psíquicos.
Al comienzo de Señales, la voz de Catalina (María Rojí) anuncia: "A veces la vida te da señales. Algunas son invisibles, otras no, pero siempre están ahí: escondidas, esperando a ser descubiertas. Yo tuve una señal. Fue cuando vinimos con papá a vivir al pueblo de su infancia. De alguna forma, yo sabía que acá iba a pasarme algo increíble. Algo que iba a cambiar mi vida para siempre. ¿Y saben qué? Tenía razón."
En este caso, los actores Jorge D'Elía y Julia Calvo son secundados por un elenco de intérpretes multipropósito (cantantes y bailarines) que exhibirán sus talentos (y rivalidades) en el marco de una escuela de arte de provincias.
A comienzos de diciembre, El Trece anabolizó su primetime con Mis amigos de siempre, en la que Jorge Maestro y Jorge Lacelli echaron mano a una fórmula rendidora: conflicto financiero en el club de barrio + cruces amorosos + discordias y lealtades entre varones. Con dirección de Rodolfo Antúnez y Sebastián Pivotto, la nueva tira de Pol-ka, reúne (otra vez) a Soledad Silveyra con Osvaldo Laport y a tres galanes en la década del treinta: Nicolás Cabré, Gonzalo Heredia y Nicolás Vázquez. Claribel Medina, Diego Pérez, Emilia Attías, Agustina Cherri, Felipe Colombo, Calu Rivero, Manuela Pal y Federico Amador, completan el staff multitudinario.
Aunque valiéndose de enlatados foráneos, Canal 9 también cubre varias horas con novelones provenientes de México y Colombia: la célebre Café con aroma de mujer (creada por Fernando Gaitán, y estrenada en noviembre de 1994), Qué bonito amor (nueva versión de La hija del mariachi, producida por Televisa), De que te quiero, te quiero (de la misma casa productora mexicana, es la readaptación de la novela venezolana Carita pintada), y La patrona (también versión de La dueña, realizada por Telemundo).
A la siesta o en horario nocturno (¿es sólo esa caprichosa ubicación en la grilla lo que distingue a una "telenovela" de una "tira"?), las historias de amor están a la orden del día en la TV de aire. Y aportan a los canales cifras módicas (entre 4 y 11 puntos), aunque estables de audiencia.
 http://todoshow.infonews.com/2013/12/22/todoshow-115818-el-culebron-siempre-tiene-quien-lo-escriba.php

sábado, 14 de diciembre de 2013

Notas 2013/12




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martes, 10 de diciembre de 2013

TELEVISION › ANDREA DEL BOCA, EL ESTRENO DE ESA MUJER Y LOS ROLES DE GEN

Lunes, 9 de diciembre de 2013

“El peor machismo es el que ejercen las mismas mujeres”

Aun hoy, después de tantos años de carrera, Andrea del Boca se sorprende de la familiaridad con que pueden tratarla en la calle, o el mismo presidente de Ecuador. La actriz protagoniza y produce la novela que comienza hoy a las 14 en la TV Pública.

Resulta imposible, en su caso, determinar qué fue primero. Ni ella misma lo debe saber. El dilema que rodea a Andrea del Boca es si la pasión con la que habla y se mueve es consecuencia de años protagonizando melodramas que la llevaron a ser un icono del género en el mundo, o si su condición de “pasional” es inherente a su propia naturaleza. Un acertijo que sólo sirve para dimensionar su identificación con un género en el que debutó cuando tan sólo tenía 8 meses de vida (interpretando a un bebé al que su madre le quitó los aros para hacerla pasar por varón) y que ya lleva más de cuatro décadas de reincidencia voluntaria. Podría pensarse, entonces, la vida de Andrea del Boca como una telenovela, en la que set y realidad son las dos caras de un mismo escenario. Universos que hoy volverán a tocarse en Esa mujer, la telenovela que Del Boca produce y protagoniza en la pantalla de Canal 7, de lunes a viernes a las 14.
La ficción con la que la Televisión Pública recuperará la telenovela de la tarde y de producción propia, después de más de una década, lleva todos los condimentos propios del género: una historia de amor imposible, obstáculos y ayudantes que se entrelazan para la concreción de los enamorados, secretos guardados por años que salen a la luz, y muchas vueltas de tuerca en una trama que tiene la finalidad de garantizar acción dramática a lo largo de sus 120 capítulos. La novela también cuenta con un elenco que acompaña la apuesta: a Del Boca se le suman Segundo Cernadas, Roberto Carnaghi, Rita Cortese, Nora Cárpena, Carlos Moreno, Héctor Calori y Alejo García Pintos, entre otros. Sin embargo, Esa mujer se propone contar algo más que las historias de color rosa que suelen llegar en “latas” desde vaya a saber uno qué país de América Central. En la trama se colarán problemáticas como la identidad, la libertad, la violencia de género, el matrimonio igualitario y hasta la subrogancia de vientre.
“No quisimos hacer una ficción ‘cultural’, ni para una elite. La idea es que la novela sea un programa popular, ser parte del juego televisivo, pero desde una historia que nos muestre quiénes somos”, subraya la actriz, en la charla con Página/12, con una energía que se empeña en contradecir el cansancio que se supone debería agobiarla tras la extensa jornada de grabaciones que acaba de finalizar. “Va a contar la historia de Nicolasa, una mujer a la que le diagnostican 12 meses de vida a raíz de un cáncer. En esos casos alguien puede deprimirse, llorar y esperar el final, o puede hacerse cargo de lo que le tocó y salir a luchar con la misma energía por aquello que anhela. Nicolasa elige esta última opción por el simple hecho de que cree que la felicidad es algo que cada uno construye a diario, en cada decisión. Esa mujer revaloriza los valores el ser humano, de la familia, del amor, de los niños y de nuestros mayores, en una historia que no va a eludir temáticas sociales con las que hoy nos encontramos todos como ciudadanos”, reflexiona la actriz.
–Esa mujer abordará, a lo largo de su historia, temáticas como el bullying, la subrogancia de vientre, la violencia de género, el matrimonio igualitario, la libertad de elegir. ¿Cree que esta novela no hubiera sido posible sin la ampliación de derechos de los últimos años? –Esa mujer acompaña el momento actual de la sociedad argentina. Si esta novela se hubiera hecho 15 años atrás, probablemente hubiese provocado en el espectador la extrañeza de pensar en qué lugar del mundo ocurrían algunas situaciones. Lo que seguramente la mayoría hubiera coincidido es en que esa historia no pasaba en la Argentina. En cambio, esta novela tiene que ver con nuestra idiosincrasia, con nuestra manera de ser. Aun cuando hay algunos que no están de acuerdo con algunos derechos logrados que ya son leyes y los cuestionan, Esa mujer va a ser reconocible y verosímil a los ojos de los televidentes. Es una novela que rescata y pone sobre la mesa de todos los argentinos los derechos sociales y legales que se lograron en la última década. Cuando fui a presentar la ficción en la Feria de Mipcom, en Cannes, los compradores de Italia me dijeron que siempre la TV latinoamericana se ponía adelante de un montón de cuestiones sociales. Y yo le decía que no, que la historia de Esa mujer no es otra cosa que el diálogo de la ficción con la realidad de nuestra sociedad. Lo que pasa es que la sociedad argentina, en términos de Derecho, está muy avanzada respecto de lo que sucede en otros lugares del mundo.
–En otros países de América, como Brasil, Colombia y México, la telenovela cumple un papel social histórico que trasciende la pantalla. –Nos toca transmitir que esto ocurre en nuestra sociedad y que puede ocurrir en otras. Planteando las problemáticas, no exigiéndolas. Hay procesos sociales que deben darse según la madurez de cada sociedad. El objetivo de Esa mujer no es formar sino que simplemente la novela sea un vehículo social en el que el público se pueda identificar. Pero el objetivo no es levantar el dedo de lo que debería ser una sociedad. No nos olvidamos de que somos un producto para entretener, para acompañar, para meterse en la casa de los televidentes. Con la novela uno se mete en la casa de la gente sin pedir permiso. Eso genera que lo conviertan a uno como alguien propio. Lo viví desde chiquita. Me suele pasar que en la calle me para alguien y me trata con una familiaridad que aún hoy me sorprende. Y es lógico, porque no hay género que tenga tanto arraigo social como el de la telenovela. Son tardes o noches enteras durante años en los que, en cierta manera, los actores dialogamos con una audiencia más amplia en términos culturales, sociales y políticos de la que se cree. Eso es maravilloso. Por eso es bueno poder, desde nuestro lugar, plantear temáticas sociales. Uno nunca sabe a los ojos y oídos de quién puede llegar ese mensaje.
–¿Le ha pasado, alguna vez, que alguna figura política reconociera esa función social? –Las anécdotas son muchas. La más reciente fue con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuando vino el año pasado: ni bien me vio, inmediatamente empezó a cantar de memoria la canción de Papá corazón, que se emitió en la década del ‘70. Yo no sabía qué hacer. Le pregunté cómo se acordaba de esa canción. Y me dijo: “¿Cómo no me voy a acordar si yo veía todos los días la novela con mi hermana, que dos años después se murió?”. Uno muchas veces recuerda momentos de su vida en función de las novelas que veía en ese entonces. O viceversa. Eso sólo lo puede lograr la telenovela. Correa pudo correrse de la investidura presidencial sólo para cantar la cortina musical de esa novela. Además de demostrarme que son seres humanos, esa anécdota refleja la importancia social del género. Cuando interpretamos algún papel en una ficción, los actores no nos damos cuenta de que esa historia que contamos acompaña la vida de las personas.

La referencia histórica

Es imposible no relacionar el nuevo proyecto de Del Boca con la historia argentina. El título Esa mujer no es uno más desde que Rodolfo Walsh escribió a mediados de los ‘60 el cuento que hace referencia –sin nombrarla– a la figura de Evita y al destino de su cadáver. Sin embargo, la actriz –reconocida peronista– aclara que la telenovela no tiene nada que ver con aquel cuento, ni tiene referencia histórica alguna. “En todo caso, Esa mujer engloba a todas esas mujeres que somos las argentinas. A las luchadoras, a las que defendemos nuestros derechos, a las que defendemos la vida y a las que decidimos ser arquitectas de nuestra propia felicidad, de nuestra propia vida”, enumera la actriz.
–Pero cuando Enrique Torres, el guionista, le presentó el título, lo aceptó sin problemas, ¿no? –Claro. Me parece que en cierta manera es poder replantearse cómo decimos las cosas, cuál es el valor que le damos a la palabra, qué respeto tenemos ante ciertas palabras. Esa mujer hace foco en aquellas mujeres que no tienen voz, que no se sienten respetadas ni cuidadas, ni en la vida, ni en el trabajo, ni en la política. A las mujeres a veces se nos hace un poco más difícil demostrar que podemos llegar a ciertos lugares. Uno puede victimizarse ante esa realidad, o rebelarse ante una cultura que todavía mantiene estructuras machistas. La pregunta es cómo criamos a esos hombres para ser tan machistas y que no nos permitan desarrollarnos como quisiéramos. Nuestras madres y abuelas fueron las que nos criaron. Las mujeres también tenemos que hacernos cargo de lo que nos toca y pensar en cómo estamos criando a nuestras hijas y nietas para que las nuevas generaciones de mujeres no sufran lo que sufrimos nosotras. Me gusta pelear porque todos tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades.
–En medio de esta transición cultural, ¿cree que el hecho de que una mujer sea presidenta ayuda a que estos cambios se produzcan con mayor fortaleza? –Creo que Cristina Fernández tuvo, tiene y tendrá la templanza necesaria para llevar adelante los cambios que sus convicciones le indican. De la misma manera en que Néstor Kirchner dijo que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, la Presidenta logró imponer sus ideas. Mientras que cuando asumió muchos creían que iban a poder doblegarla, por su condición de mujer, demostró un carácter y una sensibilidad social a prueba de presiones. Aun cuando atravesó ciertas situaciones que movilizan a cualquier persona, como es perder al compañero, amor y padre de sus hijos. Eso no la endureció, ni la debilitó. Lo mismo con su operación. Las complejas situaciones que atravesó profundizaron sus convicciones. Todavía tiene muchas cosas que llevar adelante de una propuesta. Como mamá de una preadolescente, le transmito la idea de que pueda seguir sus ideales. Sin importar la condición. Estamos terminando con la cultura de “vos no podés porque sos mujer”. Me parece que la Presidenta sirvió para exponer ante la sociedad que las mujeres pueden tomar decisiones en cualquier ámbito. Aun cuando falta mucho trabajo para que tengamos las mismas posibilidades y condiciones que las que tienen los hombres.
–Hilda Duhalde recientemente hizo declaraciones con respecto a que hay ámbitos, como la política, para los que las mujeres no están capacitadas. –El peor machismo es el de las mujeres. No es algo que les pertenece a los hombres. El machismo que ejercen algunas mujeres es el más despiadado. Que alguien no se sienta capaz no significa que “las mujeres” no lo sean. Me parece que es un momento bisagra. De la misma manera que en 2001 nos tuvo que pasar lo que nos pasó para que en 2003 llegara alguien para levantar vuelo y no estrellarnos, este momento es la oportunidad de la sociedad argentina de tomar conciencia de que somos parte de esta democracia, que no podemos seguir echándoles la culpa de nuestras deudas a los dirigentes políticos, como si fuéramos adolescentes tardíos. Como sociedad, debemos tomar decisiones y estar convencidos. No podemos seguir votando “en contra”. Eso ya está; lo probamos y no nos fue bien. Tenemos que estar a la altura de ciertos derechos que conquistamos. Debemos decidir cada cosa que hacemos en función de lo que queremos ser, siguiendo nuestras convicciones. Es un paso, nada fácil, que hay que dar.
–¿Cree que el kirchnerismo, al interpelar cotidianamente a la sociedad con las fuertes decisiones que tomó, provocó un despertar político inusual? –Así como Perón y Evita les dieron la posibilidad a los que no tenían voz a adquirir ciertos derechos, dentro de lo que despierta el peronismo, Néstor y Cristina fueron por más, son lo más parecido a Perón y Evita. Lo digo en función de cómo reactivaron al militante desde la convicción. En la juventud se ve mucho eso de salir y defender su idea. Nos despertaron de un letargo en el que la culpa siempre la tenía el otro. No podemos seguir echándole la culpa al presidente, al maestro... Nos tenemos que hacer cargo de lo que nos toca. La conquista de derechos es fundamental, la conquista hacia la libertad, de poder elegir quiénes queremos ser, cuál es nuestra conducción, cuál es nuestra religión, cuál nuestra condición sexual... Sin miedo y sin tener que justificar más que la puesta en práctica de nuestros deseos. Si uno hace las cosas por convicción, no estás dañando al otro. Para eso tenemos que ser capaces de entender que, aunque uno no sea beneficiario de ciertas conquistas, tiene que ser solidario con el otro. No se puede negar que algunas políticas les cambian la vida a otros. Esa es una materia pendiente que tenemos como sociedad. Y va más allá del partido político al que se haya votado. No puedo negar que el matrimonio igualitario le cambió y mejoró la calidad de vida a mucha gente. El sentido de libertad es algo que puede asustar, pero que tenemos que hacerlo propio como sociedad.
 http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/8-30781-2013-12-09.html

ANDREA DEL BOCA "Soy un producto de la telenovela"

Con Esa mujer, esta vez como actriz y productora, hoy regresa al género con el que comenzó hace 44 años

 penas uno entra a estos estudios del Bajo Belgrano tiene la sensación de que ha entrado a un sanatorio. Fueron un sanatorio. Pero, además, en sus paredes hay letreros propios de un sanatorio, desde la recepción misma. Es que la ambientación de Esa mujer (desde hoy, a las 14, por la TV Pública)intervino completamente todo el edificio. Anabella del Boca sabe aprovechar muy bien hasta el último rincón del espacio. Y apenas uno atraviesa esa supuesta clínica, desembarca en un bistró de esos en los que uno quisiera instalarse. Y un poco más allá, está reproducida por completo (cocina, habitación, living, patio) una hermosa casa. Y para uno, que se formó en esta profesión recorriendo estudios y conociendo artistas en sus pasillos, siempre es un placer transitar por decorados de ficción. Sobre todo cuando la guía de ese espontáneo tour es nada menos que la mismísima protagonista del programa: Andrea Del Boca.
Es el horario del almuerzo. Todo está bastante quieto y por allí anda don Nicolás, con su "tupper". Ella trabaja con su familia, todos lo saben. Pero lo que no todos saben es que ella forma familia. Director, asistentes, iluminadores, maquilladores, todos los que por allí andan se mueven relajados, con una sonrisa. Es el clima ameno con el que los Del Boca han decidido trabajar y emprender este desafío de devolverle a la telenovela a una de sus principales heroínas.
Esa mujer es la tira producida por la misma Andrea de Antonella y Perla negra. Bueno, la misma actriz. Ella misma admite que cambió muchísimo desde aquel entonces. No era fácil acceder a aquella Andrea del Boca. Ahí estaba siempre su productora Antonella para hacer casi una tarea logística que pueda facilitar esa entrevista. Esta Andrea parece una amiga de siempre. Amable, simpatiquísima, respetuosa y, sobre todo, con una sinceridad metódica.
-¿En qué momento de tu vida tuviste la necesidad de dejar de ser sólo actriz para tomar una responsabilidad social y comunicadora como figura pública?
-Creo que fue a partir de ser madre soltera. Hasta ese momento mi carrera era todo lo más importante, lo único que tenía como objetivo. Mi hija me colocó en otro plano, me corrió del centro de la escena, alguien dependía de mí y de todas las decisiones que, de alguna manera, fuera a tomar para respetar su derecho a la vida, al nombre, a ser libre, a ser feliz. Entonces, empecé a ser más permeable a ciertas situaciones o cosas que me pasaban y, a veces, por desconocimiento o ignorancia no reparaba en ellas.
-Es decir, reparaste en el entorno... observaste más...
-Sí, observé porque muchas cosas dolían más. De alguna manera, conocí mi vocación por casualidad, he sido mimada dentro de mi ambiente y en el público. No estoy casada, pero tengo un matrimonio de 44 años con el público. No es poco. Nos elegimos. La gente te permite entrar a su casa sin pedir permiso, cuando están comiendo, en su intimidad. Entonces, uno debe tomar conciencia de que tiene la posibilidad y la obligación de comunicar y transmitir algo. Sin levantar el dedito, claro está. De todos modos, también tuve un momento de quiebre, que no tenía claro qué quería, y me fui a estudiar.
 
''Quiero volver a posicionar al país en esta industria''. Foto: LA NACION / Mariana Araujo
-¿En serio pensaste en dejar?
-Sí, fue una crisis con la carrera. Sobre todo por ciertos ataques de sectores de la prensa. Fue a fines del 97, que me inventaron una serie de enfermedades terribles. Me llevó a un juicio eterno, que aún sigo. Me fui a estudiar producción de cine y TV a Nueva York.
-¿Cómo hacés para dividirte entre la actriz y la productora? ¿No enloquecés por momentos?
-[Ríe] En general, fluye. Ésta es mi vocación, es distinto a tener que laburar para mantenerte, cumplir un horario y saber que tus sueños son otros. Soy workaholic, no tengo horarios. A veces me cargan. Creo que es difícil ver en el rol de una mujer a una productora general que, además, es la protagonista. Estamos más acostumbrados a que sea un hombre. Pero las mujeres estamos más duchas en hacer múltiples tareas al mismo tiempo.
Esta historia original de Enrique y Feliciano Torres cuenta la vida de Nicolasa Morales, a quien le anuncian que sólo le queda un año de vida. Ella decide vivir intensamente, se convierte en "payamédica" y conoce a un exitoso empresario de quien se enamorará. Está encarnado por Pedro Segundo Cernadas, el galán de la tira. Pero también están acompañados por un elenco experto en este género: Nora Cárpena, Roberto Carnaghi, Rita Cortese, Héctor Calori, Alejo García Pintos, Salo Pasik (reemplazó a Carlos Moreno), Graciela Stefani, Esteban Meloni, Lucas Ferraro, Victoria Carreras, Brenda Gandini y muchos más. Con esta tira, Andrea volvió a lo esencial: una historia de amor como columna vertebral, pero con una estética diferente y más actual. "Quise volver a las fuentes, en el sentido de volver a rescatar los valores del ser humano, hablar de la familia, el amor, la libertad, la igualdad de género, del respeto hacia la mujer y hacia los mayores, del derecho a la identidad, al nombre... Esta telenovela tiene mucho humor y, además, muy buenos actores."
Si uno googlea la tira se encontrará con más fotos de la espalda de Segundo sobre Andrea que de un beso o una tradicional foto de promoción. "Se habla de escenas hot y me causa gracia. Se sugiere mucho más de lo que se ve. Se hicieron eco de la primera escena de amor, que en vez de ser en el capítulo 100, es en el 20. Es que a la protagonista le queda un año de vida. No tiene tiempo para decir no o «dejame que lo piense»", bromea.
Luego explica, con detalles, que hacia fines de los años 90, la Argentina fue perdiendo mercados internacionales debido a varios motivos. "Por un lado, porque Europa empezó a producir. Y, por otro, porque las productoras independientes empezaron a no vender las latas y a ser sólo negocio del productor que vende el formato, el libro. Con lo cual dejó de tener presencia argentina y avanzaron en ese negocio sólo México y Brasil", sostiene. Tiene experiencia sobrada en el tema. Papá corazón se emitió en toda América latina, Italia fue el primer país donde salió una telenovela argentina y fue Andrea Celeste, y luego se ganaron territorios como Israel, Europa del Este, y la actriz arribó a Asia con Perla negra. "Yo soy producto de la telenovela y defensora de su industria como género. Ésa también fue mi búsqueda de golpear puertas para poder producir. En el Estado entendieron que, en este proceso de modificación de la industria a nivel internacional, tenían que tomar una posición, fomentarla y ponerla nuevamente en funcionamiento. No es fácil y sabíamos que tendríamos críticas, pero cuando vean el producto veremos", aclara. En un comienzo, Andrea sólo pretendía producir la tira, pero un estudio de mercado indicó que lo mejor era volver a entrar al mercado con una figura popular y reconocida en el exterior. Hoy ya está vendida a Italia (donde ella es una celebridad) y se están cerrando contratos con Israel, Polonia, Rumania, Rusia y Canadá.
-¿Cuánto costó la telenovela?
-Sale 250.000 pesos por capítulo, casi 30 millones. De ese dinero nosotros, como productora, pagamos 10 millones de impuestos, que regresan al Estado. Por otro lado, tenemos 250 personas entre contratos directos e indirectos. Yo acá sólo cobro mi sueldo como actriz. Somos socios con el Estado al 50 por ciento pero en la venta al extranjero. Acá el Estado recupera totalmente todo lo que tiene que ver con el canal en publicidad. Que se entienda, la idea es invertir para recuperar y reinvertir en más productos. Es poner en funcionamiento una industria que estaba cerrada. No tiene que dejar de ser un negocio porque si no sería un subsidio y no lo es. El Estado, a través del Ministerio de Planificación, que tiene un sector llamado Bacua [Banco Audiovisual de Contenido Universal Argentino], posee un presupuesto destinado a la producción de ficción o, en el caso del cine, a través del Incaa.
-¿Pero la Universidad Nacional de San Martín también es productora?
-En el caso de la Unsam es productora, pero el presupuesto de esta telenovela no sale de la universidad, sino que ellos ganan, porque administran el presupuesto del Ministerio de Planificación. Por otro lado, el otro coproductor es RTA Televisión Pública. Ellos administran porque no es que me hayan dado todo el dinero junto, sino que van dando todo en cuotas, con presentación de facturas. Yo tengo cuatro auditorías por encima: la de la Unsam, la del Bacua, la de RTA y la de la AFIP. Está todo muy clarito.
-¿Esto que hacés es también una forma de militancia?
-No, es una forma de volver a las fuentes y una obligación de volver a reactivar una industria. Ponerle el cuerpo a una telenovela es pasar muchas horas trabajando casi exclusivamente para eso. Sería una militancia artística, no política
 http://www.lanacion.com.ar/1645907-soy-un-producto-de-la-telenovela

lunes, 9 de diciembre de 2013

09-12-2013



Andrea del Boca: "Apoyo a Cristina por convencimiento, no para ganar algo"

La actriz habló con Personajes.tv sobre la polémica en torno al presupuesto de la nueva telenovela que protagoniza y produce en la Televisión Pública, Esa mujer
Por Daniela Pérez González | Para Personajes.tv
 
Del Boca es una fiel seguidora del modelo kirchnerista.  Foto: Sebastián Rodeiro/ Personajes.tv
Fue una de las niñas más angelicales y dulces de la televisión. Fue la reina indiscutida de los culebrones más populares de los 90. Pero últimamente cada vez que se habla de Andrea del Boca se genera en torno a ella una polémica por su apoyo al gobierno de Cristina Kirchner. Precisamente su cercanía al modelo nacional y popular generó una gran escándalo en torno al presupuesto de Esa mujer, la nueva ficción que produce y protagoniza, junto a Pedro Cernadas, en la Televisión Pública.
En diálogo con Personajes.tv, la actriz opinó sobre las críticas que recibió, habló sobre su vínculo con la Presidenta y la ficción que se estrena hoy, a las 14.
-¿Cómo vivís estos días antes del debut de Esa mujer ?
-Bien, trabajando mucho porque todavía seguimos grabando. Pero ahora que se dio a conocer el trailer y que ya está por ver la luz este "hijo", estoy con más ansiedad. Sabemos que estamos haciendo un trabajo que nos gusta y que lo hacemos con mucho respeto y amor, pero igualmente se genera mucha ansiedad. Ahora va a ser del público, la gente lo va a ir modificando. Veremos qué pasa.
-En un principio Gabriel Corrado iba a ser nuevamente tu pareja en la ficción, ¿por qué finalmente no se sumó?
-¡Se dijeron tantas cosas! El siguió con su propio proyecto ( Taxxi, amores cruzados ) y, la verdad, es que Esa mujer se imponía. No se podía esperar. Igual, creo que con Pedro Segundo Cernadas el personaje está muy bien. No puedo decir que ganó, pero está espectacular. Es un gran compañero. No lo conocía, nunca nos habíamos cruzado antes, pero lo admiraba por sus trabajos.
-¿Qué tiene de particular esta tira?
-Dentro de lo que es el marco de una telenovela y una historia de amor, se busca revalorizar ciertas cuestiones. La telenovela es un entretenimiento y no pretendemos que deje de serlo. Pero, a través de ella, uno puede sumar ciertos temas que tienen que ver con lo social para poder plantear puntos de vista en torno al poder, la salud, el aborto, los derechos que hemos ganado, como la igualdad de género y el matrimonio igualitario. Se plantean temas que nos preocupan. Algunos tiene que ver con derechos que hemos conquistado y otros sobre los que todavía tenemos que discutir. Tenemos que estar a la altura de las circunstancias y no ser únicamente un entretenimiento.
 
La actriz conoció a Cristina Kirchner en 2004 y desde entonces la acompaña en casi todos los actos.  Foto: Sebastián Rodeiro/Personajes.tv
-Decís que se dijeron muchas cosas sobre esta telenovela, ¿a qué te referís?
-Al comentario sobre por qué la Televisión Pública hace cosas de este tipo, por qué se mete el Estado.
-¿Y por qué lo hace?
-Históricamente, éramos un país productor de telenovelas para el mercado internacional y teníamos una posición muy importante, junto con México y Brasil, en países europeos y asiáticos. Se vendían tiras y con lo que se recuperaba, se reinvertía. Hacia fines de los 90, principios de 2000 eso se rompió. Los productores dejaron de exportar. Sólo se vendía el formato, que es el libro y pertenece al autor. Por ende, no se vendía nuestra imagen, nuestra idiosincrasia, nuestros actores. Esto implicaba que los canales no ganaran. No ganaban tampoco los actores, no se producía tanto. Se rompió el sistema y perdimos mercados. Brasil y México siguieron avanzando porque tienen producción privada, pero los canales privados en Argentina si producen, no venden. El Estado entendió esta situación y le hizo frente, así como sucedió en España e Italia.
-¿Qué opinás de las críticas que se generaron por el presupuesto de esta ficción?
-Si se compara con otros proyectos, este es un presupuesto muy acotado para la cantidad de personas que somos (250). Me toca a mí ser punta de lanza, porque antes no se hacían en la Televisión Pública telenovelas, que implican seis meses de trabajo. Hasta ahora se venían haciendo sólo miniseries de 12 capítulos en seis u ocho semanas. Se trata de destinar un presupuesto que tiene que ver con la cultura, desde el Ministerio de Planificación a través del Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentinos (BACUA). Se dijo que el presupuesto salía de la Universidad de San Martín y eso no es cierto. Sale del BACUA. La Universidad de San Martín administra los proyectos que le transfiere el BACUA. Tampoco es que el BACUA me da el dinero a mí. Eso lo administra la Universidad.
-¿Participaste de algún concurso para conseguir el dinero?
-No, porque las pautas de este proyecto no implican un concurso. Lo que se presentó fue una idea para reactivar la industria de la telenovela a nivel internacional. El Ministerio de Planificación quiere empezar a trabajar en esto. Me convocan y me preguntan de qué manera se lo puede llevar adelante. Tengo 44 años en esto, algo entiendo del medio. Todo este proyecto le significa al Estado que recupera en impuestos 100 millones de pesos.
 
Andrea vuelve a las telenovelas y lo hace en la Televisión Pública en Esa mujer.  Foto: Sebastián Rodeiro/Personajes.tv
-¿Ya se vendió la telenovela?
-Sí, a Rumania, Italia, Polonia, Israel y Rusia.
-¿Cómo surge tu vínculo con Cristina Kirchner?
-Yo la conocí a ella en 2004, cuando era senadora. En ese entonces, ella me preguntó por qué no se vendían nuestras telenovelas afuera. Y yo le conté lo que pasó con esta cadena de industria que se rompió. En ese momento, la vi tan convencida con el tema de igualdad de género como con el hecho de que todas las industrias deben tener una reactivación. Y si no la tienen de una manera privada, el Estado tiene que acompañar para que esto suceda.
-¿Por qué apoyás a Cristina y asistís a sus actos?
-Ella me dio el mejor consejo que yo recibí de una mujer: "No te calles, porque en el silencio sos cómplice". En ese momento yo estaba muy angustiada, no veía una luz [se refiere a la conflictiva relación que tuvo con su ex pareja y padre de su hija, Anna, Ricardo Biasotti]. Entendí que ese era el mejor ejemplo que yo podía darle a mi hija, siendo mujer. No someterme. Yo vi su compromiso contra la violencia de género, lo que la llevó después a promulgar la ley. Pasaron cinco años entre una cosa y la otra, y ella seguía teniendo el mismo convencimiento. Eso hizo que yo como ciudadana me sintiera representada por ella. La acompaño desde 2007. En los actos estuve por convencimiento. Apoyo a Cristina por convencimiento, no para ganar algo..

Andrea del Boca: "A Cristina le ponen una vara muy alta"

Telenovela. Del Boca asegura que los fondos públicos con los cuales se realiza Esa mujer tienen cuatro auditorías simultáneas: Bacua, Unsam, RTA y la mismísima AFIP. | Enrique M. Abbate



Nació un 18 de octubre, justo un día después de la fecha más importante para el Partido Justicialista. Ella, Andrea del Boca, está a punto de parir un “nuevo hijo” como prefiere definir a Esa mujer, tira que saldrá al aire el lunes a las 14 por canal 7. Es un doble desafío: será la heroína y la coproductora. En el elenco estará acompañada por Pedro Cernadas, Nora Cárpena, Roberto Carnaghi, Rita Cortese, Victoria Carreras, Esteban Prol, Héctor Calori, Graciela Stefani, Esteban Meloni, Alejo García Pintos y Gino Renni, entre otros.
—¿El título “Esa mujer” se relaciona con el cuento de Rodolfo Walsh sobre Eva Perón, considerado por los especialistas el mejor cuento de la literatura argentina?
—El nombre de la novela se lo pusieron los autores, Enrique y Feliciano Torres. Y no, no se hizo con ese objetivo. A mi protagonista, Nicolasa Morales, en el primer capítulo le descubren un tumor en el cerebro. Por eso decide salir a buscar la felicidad y no quedarse llorando en una cama. Su lema es: “Elijo ser feliz todos los días y cada día de este año”.
—¿Cuáles son los riesgos de llevar una ficción a una pantalla fría en términos de rating como la del canal estatal?
—No debería haber ningún riesgo. Trato de separar los temas. Como productora quise poner en marcha la industria de la telenovela a nivel internacional. La habíamos tenido, pero se rompió. Cuando los canales eran de una sola persona, vendían y recuperaban, pero cuando pasaron a ser de un grupo tercerizaron hacia productoras independientes. Algunas no quisieron competir con eso y sólo venden los guiones. Perdimos posición en el extranjero y la ganaron México, con Televisa y Brasil, con Globo. Esta fue una preocupación de nuestra Presidenta.
—¿Desde cuándo?
—La conocí en 2004 cuando era senadora, y me preguntó por qué no se vendían nuestras novelas en el exterior. Desde esa fecha tuvo la preocupación por activar las industrias argentinas, entre las que está la cultural y la de entretenimiento. Aquí, en mi productora A+A Group trabajan 250 personas, contando actores y técnicos.
—¿Cómo es trabajar con el Estado y para el Estado?
—Me gusta la transparencia, por eso tengo cuatro auditorías. Ellas son: Bacua (Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino); Unsam (Universidad Nacional de San Martín); RTA (Radio y Televisión Argentina) y la AFIP. Ellos evalúan todo y me dan más tranquilidad.
—¿De qué se encarga cada uno?
—El Ministerio de Planificación tiene distintos presupuestos, uno de ellos es para la política cultural, del que depende Bacua. Este banco provee a todos los canales del país de manera gratuita y son socios a nivel internacional y RTA es socio emisor. La universidad no ve afectado su presupuesto ya que sólo administra y ganará –como el canal– con la publicidad. No es un subsidio, es una coproducción, donde cada uno tendrá su beneficio económico.
—Nunca antes estuviste tan cerca del poder político. Ocupás la primera fila cuando habla la Presidenta...
—Tiene que ver con mis convicciones. Desde que fui mamá soltera empecé a entender y sentir de otra manera, hasta ese momento lo único importante era mi carrera. Ser madre me acercó a situaciones y necesidades que me empezaron a llegar de otra manera. Me cuestioné mi rol en la sociedad y hacia dónde quiero construir mi familia, tomando decisiones y determinaciones. Hay ciertas políticas de Estado que tal vez a mí no me beneficien, pero ayudan a otros. No vivimos en una isla, quiero que mi hija sea libre, tenga educación y salud, como todos. Para el peronismo después de Perón y Evita siento que quienes más lo representan son Néstor y Cristina. También ellos dieron leyes importantes para esta sociedad.
—Son pocos los que pueden hablar con un primer mandatario.
—Cuando tenía 7 años, el presidente de Colombia me quiso conocer porque miraba las tiras con sus nietos. Cuando me vio Rafael Correa (primer mandatario de Ecuador) se puso a cantar la canciones de Papá corazón y me dijo que la veía con su hermana, que a los dos años murió.
—¿Cómo la viste a la Presidenta?
—Muy bien. Desde aquel 2004 hasta ahora no ha cambiado sus convicciones. La vi con esa misma fuerza, le han pasado hechos como a todos, que la pusieron a prueba como mandataria y como mujer. Me conmueve como persona, tiene temple.
—Ante su problema de salud, ¿no se le habrá cruzado la enfermedad de su marido?
—Creo que ella como Néstor son de la clase de dirigentes, como otros en su gabinete, que tienen una gran vocación de servicio y se olvidan que son humanos. No es soberbia sino apasionamiento y dejan de lado las pautas con sus médicos. Tal vez tomó conciencia y pensó en el riesgo de la continuidad del país.
—¿Tenés miedo de que el proyecto se caiga sin ella?
—No, siento que hay continuidad, tiene grandes cuadros políticos en su equipo y gabinete. El peronismo mueve muchas pasiones y algunos después de una elección se dan vuelta. Ella sabe distinguir y tamizar quién es quién. Se le cuestionó el luto, ahora el medio luto, me parece que a un hombre no se lo hubiesen planteado. Tuvimos un presidente que se ponía botox y se reían que lo había picado una abeja. A las mujeres nos ponen una vara muy alta
—¿Creés que le duelen las críticas que le hacen?
—Nunca lo hablé y tampoco se lo preguntaría. A las mujeres, en general, nos cuesta mucho más demostrar quiénes somos. Sabía que se la iban a hacer difícil, pero a veces la falta de respeto es tan grande... además es una manera baja de atacar. No se la rebate con una idea, creo que ahí está su fortaleza.
—¿Qué opinás de los premios Tato? ¿Viste la entrega?
—Llegué muy tarde a casa y me puse a estudiar. Como Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit), en Buenos Aires, me parece muy bien que tenga un premio, y también mi productora la integra. Creo que no se debe utilizar ningún galardón para castigar las políticas. Cuando se vota debe haber convicción, no usarlo en contra. El año 2001 está muy cerca. Como sociedad debemos aprender a votar con convencimiento. Los Kirchner le dieron participación y pertenencia a la gente. Depende de nosotros defender los cambios que hubo en esta sociedad y se consiguieron. Creo que los bienes más preciados para los hombres son la salud y la libertad. Hay que respetar al otro, si piensa distinto hay que escucharlo. Todos debemos tener la misma posibilidad. Es parte de un crecimiento como sociedad y esto no depende de ningún gobierno, ni ley.
— ¿Qué soñás?
—Esta tira es casi un hijo. Es un desafío muy grande demostrar que se puede hacer por parte del Estado. La Presidenta se puso a gestionar para que las industrias se pongan en marcha y confió en mí. Tengo 44 años de carrera y vendo afuera, pero es una responsabilidad.

 http://www.perfil.com/fotogaleria.html?filename=/contenidos/2013/12/07/noticia_0008.html&fotoNro=1

08-12-2013

Despúes de ocho años Andrea del Boca volvió a almorzar con Mirtha

andrea del boca

Este mediodía la actriz tuvo un reencuentro con la diva de los almuerzos. 

El distanciamiento comenzó por el año 2008 cuando Mirtha le pregutnó a Andres si estaba embarazada en vivo, y ella lo negó ya que era muy reciente. Esto, la actriz de Perla Negra lo tomó como un atrevimiento de la diva que la dejó al descubierto en una situación que ella aún no había hecho pública.
También las diferencias políticas  hicieron lo suyo y quienes tiempo atrás formaron parte de una misma familia, en el sentido de familia artística, se sentaron en diferentes veredas y hubo un fuerte cruce verbal cuando en “Intrusos”, del Boca dijo que “lo que pasa que si uno va al programa y no dice lo que ella quiere que se diga, no te invitan” según publicó Laura Ufbal en su portal.
“Me encanta que venga Andrea, cómo no. Además, en este programa cada uno puede decir lo que quiere”, dijo entonces Mirtha.
Lo cierto es que el almuerzo transcurrió en paz y se “sacaron las caretas”. Mirtha volvió a pasar el tape del almuerzo dónde le hacía la “pregunta no debida” y todo se aclaró.


 http://cordobatimes.com/showup/tv/2013/12/08/despues-de-ocho-anos-andrea-del-boca-volvio-a-almorzar-con-mirtha/

viernes, 6 de diciembre de 2013